Qué me pongo para... Las rebajas.

Ir de rebajas se convierte en estos días en una de esas tareas que la mayoría tenemos apuntas en nuestra agenda como de obligado cumplimiento y si no aprovechaste ayer, primer día, seguramente no tardarás ¡en caer rendida a sus encantos! 

Que tus compras en rebajas sean todo un éxito depende de varios factores, que dejo para el próximo post, pero sobre todo y especialmente depende de tu vestimenta. Del estilismo que elijas para acometer tan ardua empresa. Porque como en cualquier otro deporte de los que con más o menos frecuencia practicamos, el equipamiento es fundamental. O es que acaso irías a esquiar sin guantes, a montar en bici sin culotte o a correr con unas Converse. 

Poder, poder, puedes y quizá salvaras la papeleta, pero te garantizo que lo ibas a pasar peor que mal, te ibas a retirar antes de tiempo y la experiencia sería tan memorable como irrepetible.

Así que déjate de estilismos trendy, chic o divinos de la muerte y opta por la comodidad, que como bien sabes se lleva estupendamente con todo y no tiene porqué perjudicar lo más mínimo tu imagen, estilo y elegancia. 

Estas son las prendas, y complementos, imprescindibles para cualquier día de rebajas.

1. Zapato plano ¡of course! Ya conoces los múltiples beneficios del tacón, estiliza la pierna, nos hace "crecer" algún centímetro, "eleva" siempre el look... pero déjalo para cualquier otro día. Por mucho que tengamos claro lo que queremos, necesitamos o vamos a comprar las rebajas están indisolublemente unidas a caminar, dar vueltas, ir y volver, cargas con bolsas, calores, agobios... si encima tienes que hacer equilibrio sobre unos maravillosos Manolos...¡fracasarás!

2. Pantys o medias. Si no las llevas puestas si al menos en el bolso. Ni se te vaya a ocurrir probarte un vestido maravilloso o una falda de diario con calcetines de "monitos" o tipo ejecutivo. Además de que no hay look que sobreviva a esa prueba la visión puede ser muy, muy dolorosa.

3. Deja en casa la blusita divine todoterreno que te pusiste para fin de año pero que queda igual de bien con vaqueros. Odiaras sus 200 botones, por eso es tan divine, la segunda vez que entres en un probador y necesites 10 minutos para desabrocharla. 

El mismo criterio deberás aplicar para cualquier prenda con volantes, florituras, adornos, cierres complicados... hoy no es su día.

4. Estamos en pleno invierno y aunque hace frío en la calle en cuanto entres en una tienda, entre la calefacción a tope, el calor humano y los agobios propio de estos días en menos de 2" no sabrás que hacer con el abrigo, el chaleco, el jersey, la bufanda, los guantes...¡uf, qué calor!. 

Es la ocasión perfecta para tu anorak de plumón plegable, esos tan a la última que abrigan un motón, no pesan nada y se guardan en una caja de cerillas. 

5. Bolso tamaño medio, tirando a grande, que pese poco y con asa larga para que te lo puedas colgar. Ya sabes que soy feroz enemiga de colgarse el bolso cruzado, aquí tienes las razones indiscutibles, pero esta es probablemente la única ocasión en que me oirás recomendar que lleves el bolso cruzado, cosa ¡por cierto! que negaré incluso bajo tortura. 

6. Por último, y para evitar disgustos ajenos a la problemática intrínseca a las rebajas, deja los oros, joyas de familia y alhajas de la abuela en casa. Entre multitudes, tirones, probadores y revoltijos es más que posible llevarse una sorpresa desagradable.

Ahora si...

¡A disfrutar de las rebajas! 

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