Las guapas lo tienen más fácil

Ese pensamiento tan extendido de que las guapas lo tienen más fácil, contra el que nos empeñamos en luchar, encierra algo de verdad. Y aunque yo no diría exactamente que son las chicas rubias o las mujeres guapas las que tienen más éxito a la hora de conseguir cualquier objetivo que se propongan, tanto en el ámbito personal como en el profesional, lo cierto, las encuestas así lo confirman, es que a los hombres y mujeres atractivos, bien vestidos, con buena imagen, se les considera más inteligentes y con mejor carácter del que en realidad tienen. 

No solo eso, además se les presta mucha más atención cuando hablan, sus argumentos resultan más creíbles y en general inspiran más confianza, categoría y poder. Pura cuestión de percepción que aunque en principio nos pueda parecer injusto e incluso fastidiar, hacemos tod@s de forma inconsciente a diario. 

Y esto es así por la propia naturaleza humana, que tiende a buscar la belleza, la alegría, la felicidad y rechaza, como si de la peste se tratara, todo aquello que resulte feo o triste.

Vivimos en una sociedad en la que la belleza, la imagen, ocupa un lugar prioritario y aunque en algunos casos esa preocupación por lo externo sea exagerada, no es menos cierto que no podemos vivir de espaldas a ella.

Porque nuestra imagen comunica, nos guste o no, lo queramos o no. Es inevitable. Puede que a ti te dé igual lo que tu imagen dice de ti, pero te garantizo que a los demás, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, jefes... no les da igual y a partir de esa imagen se harán una idea acertada o equivocada de ti. Te etiquetarán.

Evidentemente el atractivo externo sirve de muy poco si no va acompañado de la belleza interna. Es una cuestión de equilibrio entre lo que se ve y lo que no se pero que se transmite y eso es de lo que hablamos cuando hablamos de imagen personal y que como ves nada tiene que ver con ser guapa, joven o estar delgada.

Cualquier mujer, joven o menos joven, delgada o "entradita en carnes", alta o baja, puede resultar atractiva para sí misma y para los demás si se lo propone. Y lo que es más importante, utilizar su atractivo como una herramienta más de proyección personal, social o profesional porque aunque la belleza no lo es todo, es compatible con todo. 

Así que deja de pensar que preocuparte por tu aspecto es una frivolidad o que belleza e inteligencia son conceptos incompatibles y da el primer paso para verte bien, sentirte mejor y en definitiva, estar encantada de haberte conocido.

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